CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco ha pedido a los responsables de vida consagrada de
los diferentes países que presten una especial atención a las monjas de
clausura porque la Iglesia las necesita y las ha definido como
“centinelas de la mañana”.
“Las monjas de clausura representan en la Iglesia y para la Iglesia el corazón orante.
La Iglesia necesita estas luces para llegar a puerto, a estas antorchas
que acompañan el viaje de hombres y mujeres en la noche oscura, estos
centinelas de la mañana”, ha asegurado en su encuentro con los
participantes del Congreso Internacional para Vicarios Episcopales y
Delegados para la Vida Consagrada, a quienes recibió en Audiencia en la
Sala Clementina del Vaticano.
El Evento organizado por la Congregación para los Institutos de Vida
Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, tendrá lugar en Roma, en
el Auditorio de la Universidad Pontificia Antonianum, del 28 al 30 de
octubre de 2016.
Francisco ha agradecido a los obispos la atención e importancia que dan a la Vida Consagrada en sus iglesias particulares y
ha invitado a los participantes a reflexionar sobre tres aspectos: la
Vida Consagrada en las Iglesias particulares, la formación de nuevos
Institutos y las mutuas relaciones entre los pastores y los consagrados.
En cuanto a la formación de nuevos institutos de vida consagrada, el
Pontífice ha recordado que “el Espíritu Santo no cesa de soplar donde
quiere y cuando quiere” y, por ello, ha invitado a los obispos a
“discernir y reconocer la autenticidad” del carisma.
Además, sobre la relación entre los sacerdotes, obispos y los
institutos, ha advertido de que esta no puede ser una relación de
“mando, sometimiento o miedo” sino de “diálogo, escucha, hospitalidad y
encuentro”.
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